Aunque la externalización de trabajos es una práctica existente desde hace bastante tiempo, los nuevas tendencias buscan primordialmente establecer una clara distinción entre lo que se pueden considerar funciones esencialmente militares, y aquellas que no siéndolo, son susceptibles de ser realizadas por empresas civiles a un menor coste y con la adecuada eficacia. Es la JOINT LOGISTICS PARTNERSHIP (JLP) o Colaboración Logística Conjunta.
Esta Colaboración debe ir acompañada de un cambio de mentalidad, tanto por parte de la industria que debe involucrarse más en aspectos relacionados con la operatividad y disponibilidad de los sistemas, como por parte de los Cuarteles Generales que deben tender a nuevos procedimientos y aceptar una mayor integración de las empresas en la responsabilidades del sostenimiento de esos sistemas.
Por otra parte, en lo referido al mantenimiento de los sistemas y equipos, no significa que las Fuerzas Armadas se desentiendan de dicha tarea, dado que ellas siguen conservando el control de la ejecución de esta actividad, y siendo la parte externalizada una forma complementaria de cubrir carencias y liberar carga de trabajo.
Por tanto se debe contemplar la Colaboración Logística Conjunta (JLP) como una vía que nos permite complementar nuestras disponibilidades de apoyo logístico y solventar ciertas carencias y no como una intromisión de la empresa civil en las actividades propias de las Fuerzas Armadas. No debe perderse de vista que al final lo que estamos todos buscando es la eficacia en la actuación de esa Unidad destacada a una Zona de Operaciones (ZO) independientemente de donde provenga el apoyo recibido.
Dada la tendencia actual a centrar cada vez más la actividad del personal militar en sus aspectos operativos, liberándoles de aquellos cometidos que puedan ser realizados por empresas privadas, es evidente que las Fuerzas Armadas se ven abocadas a recibir apoyo en parte de las actividades que venían realizando habitualmente, delegándolos en empresas especializadas y buscando a su vez, si ello fuera posible, reducir el coste en comparación con el que tenían cuando se realizaba con medios propios.
Para aplicar la externalización sin que vaya en detrimento de la capacidad operativa y en la medida de lo posible sin incremento del gasto habrá que analizar:
Un principio básico sería respetar aquellas actividades que constituyen la esencia o núcleo de la razón de ser de la FF.AA.
En lo referente a las actividades susceptibles de ser apoyadas externamente, el catálogo de las mismas no es fijo. La experiencia de su evolución en los países que han optado más decididamente por la externalización que en el caso español, muestra que se comienza aplicando a actividades menores como son las relacionadas con la vida y funcionamiento de las unidades, por ejemplo los servicios de restauración y limpieza tanto en territorio nacional como en las áreas de despliegue de las fuerzas expedicionarias y poco a poco se va aumentando el alcance y la trascendencia de las mismas, siendo el mantenimiento de los equipos y sistemas una de las más significativas por la importancia que tiene para asegurar la capacidad operativa de la fuerza.
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